domingo, 17 de septiembre de 2017

Sartori y Los Especuladores.



Geovanni Sartori es considerado junto a Norberto Bobbio uno de los padres de la Ciencia Política Moderna, sus estudios sobre la democracia en combinación con sus postulados sobre la labor de los politólogo han dado forma al trabajo de los mismos en la actualidad.

Sin embargo, en estos tiempos inciertos, la politología ha caído en un estancamiento a nivel mundial al haber sido invadida por movimientos dogmáticos, telúricos e incluso los nuevos embates de grupos religiosos de toda índole. Contaminado a los científicos de la política, convirtiéndolos en simples vertedores de opiniones simplistas, reduciendo su labor a justificar los banales apetitos de grupos gregarios y chauvinistas.

La situación es tan absurda en muchos casos, que incluso en aulas de la Universidad Católica de Bolivia y la Universidad Mayor de San Andres se habla de Sartori y Bobbio como simples especuladores, arguyendo que escribían sobre situaciones que desconocían basados en suposiciones forzadas que no responden al actuar societal.

Hace unos días recibí un comentario en el que se hizo referencia a que los politólogos, tomándome a mí por ejemplo, nos basamos en suposiciones distales de la realidad para elaborar nuestros trabajos. En un principio lo tome como un comentario destinado a generar malestar en mi persona o buscar una respuesta desatinada de mi parte, en lugar de eso solo acalle la necesidad de dar una contra respuesta y seguí adelante.

Pero en los últimos días me mantuve pensando en ello, no por la intención del comentario en si sino por una duda que surgió inevitablemente ¿en que se refugia la ciencia política? Los juristas tienen la doctrina en sus diferentes escuelas, los historiadores cuentan con los hechos para solventar sus estudios, los sociólogos tienen una relación estrecha con el positivismo e incluso los religiosos cuentan con su dogma para justificar sus actos.

Los politólogos nos encontramos en una suerte de orfandad en este sentido, desde que el gran secretario de Florencia, Nicolás Maquiavelo, estableció que el estudio de la política no está ligado a una ideología y mucho menos a la espiritualidad, sino a la realidad que está más allá de lo que los hombres profesan.

Por ello lo que nos interesa son las acciones de aquellos que detentan el poder político o de los que buscan acceder al mismo, para esto es necesario despojarse de toda carga filosófica o teológica, pues el actuar de la humanidad en la mayoría de los casos suele estar antepuesto a lo que sus postulados axiológicos pregonan.

Los politólogos no podemos justificar nuestras investigaciones en utopías mentales, el deber ser es apartado para dilucidar las verdaderas motivaciones de los actores políticos.

Para esta labor los hechos históricos son útiles pero a la vez insuficientes, pues al ser la humanidad un componente inestable e impredecible, no existe certeza de que los hechos puedan repetirse de la misma manera que en el pasado, las leyes por su lado no son un elemento suficiente ya que son coyunturales en su mayoría o suelen ser diseñadas doctrinalmente bien, pero imprácticas para los conglomerados sociales que se dirigen.

El positivismo impartido en la revolución behaviorista en la década de 1950 llego como una solución para este problema, pero tristemente ha generado que los politólogos nos convirtamos en dependientes de las estadísticas, perdiendo la capacidad de elaborar teorías, que la esencia de la Ciencia Política.

La prospección es uno de los pilares de la Ciencia Política, pero para ello es necesario especular en muchos casos, no como un atajo en la búsqueda de dar conclusiones, sino como el reconocimiento de la duda, de lo impredecible del acontecer político debido a su componente volátil, la humanidad.

Resulta imposible dar una respuesta a la duda planteada anteriormente, ya que dar una implicaría encerrar a la Ciencia Política en una jaula, siendo que una de sus principales virtudes es y será la capacidad de pensar libremente, sin ataduras epistemológicas que nos obliguen a defender lo indefendible y tolerar lo intolerable.


Christian Andres Gonzales Calla
Politólogo

 






                              
           

viernes, 8 de septiembre de 2017

La Constitución Política del Estado Contra Sí Misma



En los últimos años una extraña tendencia se ha visto marcada entre las principales cabezas del gobierno nacional, ya que aquel texto constitucional que se desvivieron en realizar, evaluar y aprobar hoy en día se ha convertido en su peor enemigo, esto en sentido de que su principal aspiración que es permanecer en el poder más allá del 2019 va en contra de la Ley suprema del Estado que ellos mismos elaboraron.      

Sin embargo, más allá de esta situación, muchos artículos de la CPE se han tornado confusos con los años y posiblemente esto les ha generado a los partidarios del MAS más de un dolor de cabeza en esta década de gobierno, en un problema típico de los movimientos socialistas a nivel mundial el hecho de que su propia doctrina se antepone a sus deseos personales.

Pongamos un ejemplo, en el artículo Nº 56 de proyecto de C.P.E que habla sobre la propiedad privada dice: Artículo 56:
I.- Toda persona tiene derecho a la propiedad privada, individual o colectiva, siempre que ésta cumpla una función social.
II.- Se garantiza la propiedad privada siempre que el uso que se haga de ella no sea perjudicial al interés colectivo.

Veamos este articulo con calma, en el primer parágrafo dice que se respeta la propiedad privada, situación que no es posible dentro de un gobierno con supuestas tendencias socialistas. Pero al mismo tiempo dice que se la respeta siempre y cuando cumpla una función social, es decir, la propiedad privada abandona su carácter de privado y pasa ser de interés colectivo. En el segundo parágrafo dice que se garantiza la propiedad privada siempre que esta no perjudique al interés colectivo, es decir, que bajo pretexto de que una propiedad privada es “perjudicial” al interés colectivo, esta puede se expropiada por el Estado gracias a que un “movimiento social” afirme que es contraria al interés colectivo.

En fin, la propiedad privada esta garantizada siempre y cuando no sea privada, esta posición (entre muchas otras) fue presentada por mi persona a uno de mis docentes el año 2008, mismo que me dijo... “Bueno joven, tampoco es así, se tiene que comprender bien el articulo, la cosa va por ahí, pero no es tan radical como usted la expone...”, a lo que yo conteste... “Bueno licenciado, posiblemente usted tiene la razón y yo estoy siendo muy drástico, ¿pero no cree usted que esa interpretación tan drástica es exactamente la que los autodenominados “movimientos sociales” van a tomar cuando más les convenga o que el mismo gobierno lo haga de una forma similar?...”.

En la actualidad cada día nos enteramos de como los mismos allegados al gobierno han transgredido estos principios aparentemente altruistas, dándonos a entender que el “vivir bien” no es tan atractivo como “vivir mejor”, por lo que es inevitable que los principios telúricos de nuestros líderes sociales sean derrotados por los impulsos pragmáticos de tener cada vez más y más bienes materiales.      

Parece que estamos en una suerte de contradicciones constantes, entre el contenido del texto constitucional y la interpretación que cada quien le da, lo que genera una constante incertidumbre respecto a la estabilidad de constitución y su durabilidad en el tiempo, es por ello que considero que más allá de tener opiniones mezcladas sobre su contenido es preciso buscar un punto guía para poder protegernos a nosotros mismos de las mal intencionadas pretensiones de aquellos que buscan hacer de la CPE un instrumento de sus deseos banales.   

      

viernes, 1 de septiembre de 2017

El derecho y el problema del TIPNIS



Ha pasado más de un año desde que escuche a Álvaro García Linera dar una declaración en la que hablo de la supuesta relación entre el Comunismo y el ecologismo, divagando entre razonamientos infundados y atacando constantemente a sus enemigos imaginarios, finalizo su discurso demagógico bautizando a la nueva guía para la política mundial como el “Comunismo Ecológico”.        
Las palabras de Evo Morales, presidente de Bolivia, en la relación al medio ambiente en los últimos días han causado todo tipo de reacciones, desde las anticipadas aclamaciones de sus partidarios como las esperadas criticas de sus detractores, resaltando el hecho de que proclamo más de una vez al “ambientalismo social de los pueblos” como la esperanza del mundo ante el “ecologismo colonial decadente” de occidente.
Por otro lado las afirmaciones de Álvaro García Linera, vicepresidente de Bolivia, de que Bolivia es una especie de “productor de oxígeno” han causado que muchos califiquen por lo más bajo de desatinadas sus palabras y las de personas como un servidor, que las hemos tachado de torpes o desinformadas.
Pero más allá de la coyuntura política, es necesario analizar el tema del medio ambiente fuera de las posturas discursivas e intentar identificar sus características empíricas, aquellas que son más cercanas a la realidad, para poder diferenciar entre los auténticos defensores del entorno y los que lo utilizan para lanzarse a la vida pública. 
En la actualidad los diferentes movimientos socialistas a nivel mundial han conseguido camuflar sus posturas utilitaristas en muchos temas coyunturales de gran trascendencia, entres estos resalta el feminismo, los derechos humanos, el acceso a servicios básicos e incluso la educación universal, sin embargo uno de sus principales logros es haber conseguido fundirse con el ambientalismo, aun cuando esencialmente sean incapaces de comprender sus diferentes posturas.
Es necesario mencionar que tanto el liberalismo económico como el socialismo científico no guardan una relación directa con el discurso ecologista originalmente, en otras palabras, los ambientalistas viven en una suerte de orfandad doctrinaria. Esto se debe al hecho de que para ambas escuelas del pensamiento humano, la explotación de los recursos naturales es un hecho incuestionable para la evolución de la sociedad, la diferencia entre ambos es la manera en que dicha explotación se llevada a cabo.
En palabras de H.C.F. Mansilla, los socialistas siempre han sabido posicionarse en la palestra de los tópicos que atraen más redito político y monetario, por lo tanto era de esperarse que se apropiaran del discurso ambientalista y utilizarlo para atacar a los supuestos enemigos del mismo, los liberales salvajes como ellos los llaman o los vilipendiados neoliberales en Latinoamérica.
El liberalismo económico y el socialismo científico están montados en el mismo tren en sentido de la destrucción del medio ambiente, eso es un hecho, sin embargo los socialistas más allá de negar esto presumen de una aparente paternidad en relación al discurso ambientalista, buscando de alguna forma auto identificarse como los únicos capaces de salvar al mundo.
Siendo todo esto contradictorio con las acciones de los diferentes líderes socialistas a nivel mundial, como ser las constantes pruebas de misiles nucleares en Corea del Norte, la deforestación masiva en China y el expansionismo extractivita de Rusia.
Al mismo tiempo que contamos con las referencias más cercanas en Bolivia, como ser el proyecto de la carretera que atreviese el parque nacional Isiboro Secure, el incremento de hectáreas de plantaciones legales de la hoja de coca, el proyecto hidroeléctrico de El Bala que inundara cintos de hectáreas de boques vírgenes y para coronar todo esto, el incomprensible deseo de volver a Bolivia en una “capital de energía nuclear soberana”.
En suma, una serie de hechos que han dejado en el olvido los iniciales discursos ambientalistas del actual gobierno de Bolivia que sedujeron a más de uno, dejando en claro lo dicho en este artículo, los socialistas solo se valen del ambientalismo para catapultarse al poder impulsados por las masas fácilmente manipulables.

Farra De Poder.

La situación en Bolivia ha llegando a ser insostenible en sentido político y social, dos extremos de posturas aparentemente irreconcilia...